Semana Santa es sinónimo de vacaciones y
descanso para muchos pero, para los creyentes, su significado va mucho
más allá; es la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús de Nazaret.
El Jueves Santo es uno de los días principales de esta celebración religiosa. ¿Saben por qué y qué se celebra?
Esta fecha, entre otras cosas, se
conmemora la última Cena de Jesús con sus discípulos. Fue allí
precisamente donde, con la conversión del vino y del pan en su Cuerpo y
Sangre, Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía. La Eucaristía
significa, además, que tras esta Última Cena con los doce apóstoles,
Jesús se quedó entre los hombres para conducirles por el camino de
salvación.
Jueves Santo es también conmemoración de
el Lavatorio de los pies, la institución del Sacerdocio y la oración de
Jesús en el Huerto de Getsemaní. El primero, el lavatorio de los pies,
es un sinónimo de sencillez y humildad. Una lección sobre la necesidad
que tenemos que ayudar servir a los demás como forma de vida y como
mejor camino para seguir a Jesús.
La conmemoración de la Oración de Jesús
en el Huerto de los Olivos (Getsemaní) evoca el pasaje en el que Jesús,
la noche antes de ser entregado a los sacerdotes, reza a su Dios Padre y
revela la angustia, el miedo, la soledad y la tristeza ante la muerte y
por la traición a la que fue sometido. Evoca también esta Oración en el
Huerto de los Olivos del Jueves Santo, donde un ángel se le apareció
para reconfortar a Jesús, el compromiso de aceptar la palabra de Dios,
la obediencia y la entrega.
Agencias
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